¿cómo surge el mindfulness?

¿cómo surge el mindfulness?

¿cómo surge el mindfulness?

5 beneficios del mindfulness

Suena sencillo, ¿verdad? Lo más probable es que, si eres como la mayoría de los estadounidenses, te resulte difícil calmar tu mente durante más de unos segundos. Sin embargo, las investigaciones sugieren que esta habilidad puede ser vital para hacer frente a uno de los mayores problemas de salud pública a los que se enfrenta Estados Unidos hoy en día: el estrés. Entonces, ¿cómo se puede aprender a estar más tranquilo, más centrado y menos estresado? En los últimos años, los psicólogos y los médicos han recurrido a una práctica llamada mindfulness con resultados prometedores.

La mejor manera de considerar la atención plena es como una forma de ser, más que como una actividad en sí misma. Casi cualquier actividad puede llevarse a cabo con conciencia plena. Asociado originalmente a la psicología budista, el término «mindfulness» proviene de la palabra sánscrita «Sm?ti», que se traduce literalmente como «lo que se recuerda» (Williams, Leumann y Cappeller 2004). A partir de esto, podemos entender la atención plena como el recuerdo de prestar atención a nuestra experiencia en el momento presente (Shapiro y Carlson 2009; Black 2011).

La investigación sobre mindfulness y sus aplicaciones ha aumentado exponencialmente en las últimas dos décadas. Aunque originalmente era un concepto budista, ahora se entiende que la atención plena es una cualidad inherente a la conciencia que puede medirse empírica y científicamente (Kohls, Sauer y Walach 2009; Black 2010). También se entiende que la atención plena no requiere ningún compromiso religioso, ético, espiritual o ideológico para su práctica (Walach et al. 2007).

maitrī

La meditación de atención plena es una práctica de entrenamiento mental que te enseña a frenar los pensamientos acelerados, a dejar de lado la negatividad y a calmar tanto tu mente como tu cuerpo. Combina la meditación con la práctica de la atención plena, que puede definirse como un estado mental que implica estar totalmente centrado en el «ahora» para poder reconocer y aceptar tus pensamientos, sentimientos y sensaciones sin juzgarlos.

Las técnicas pueden variar, pero en general, la meditación de atención plena implica una respiración profunda y la conciencia del cuerpo y la mente. Practicar la meditación de atención plena no requiere accesorios ni preparación (no es necesario usar velas, aceites esenciales ni mantras, a menos que te gusten). Para empezar, todo lo que necesitas es un lugar cómodo para sentarte, de tres a cinco minutos de tiempo libre y una mentalidad libre de juicios.

Aprender la meditación de atención plena es lo suficientemente sencillo como para practicarla por tu cuenta, pero un profesor o un programa también pueden ayudarte a empezar, sobre todo si practicas la meditación por motivos de salud específicos. A continuación se indican algunos pasos sencillos para ayudarte a empezar por tu cuenta.

la meditación budista

Históricamente, las prácticas de mindfulness se consideraban fundacionales para la vida contemplativa y se practicaban típicamente junto a otras prácticas que fortalecen las cualidades saludables, como la bondad y la compasión, o como preparación y apoyo para las meditaciones que generan una visión de la naturaleza del ser (Dorjee, 2017; Dahl y Davidson, 2019). Podría decirse que procesos psicológicos como la atención no reactiva y las habilidades metacognitivas (introspectivas) asociadas que se cultivan a través de la atención plena están implicados en otras formas de meditación, incluidas las que cultivan la orientación a la virtud y la autoindagación, y se basan en ellas (Dorjee, 2013; Dahl y Davidson, 2019). Esta aplicabilidad de amplio alcance de mindfulness a través de los tipos de meditación puede ser una de las razones por las que el término «mindfulness» se utiliza ahora a menudo de una manera que incluye o implica otras prácticas de meditación, como las que desarrollan la compasión o el insight.

En los últimos años, varios autores han propuesto modelos y clasificaciones de las prácticas contemplativas (Dorjee, 2010; Vago y David, 2012; Schmidt, 2014; Dahl et al., 2015; Garland et al., 2015; Lutz et al., 2015; Grossenbacher y Quaglia, 2017; Khoury et al., 2017; Lindsay y Creswell, 2017; Fresco y Mennin, 2019) generalmente haciendo hincapié en los mecanismos cognitivos subyacentes. El presente trabajo continúa estos esfuerzos con el objetivo de reducir la confusión y aumentar la precisión en la descripción y diferenciación de las prácticas que actualmente se asocian al término mindfulness y sugiriendo un mapa de clasificación bidimensional. El primer eje del mapa de mindfulness esboza cuatro grupos de prácticas de mindfulness (MGs) que se encuentran comúnmente en el discurso científico contemporáneo (secular) sobre mindfulness.

meditación a pie

Esta es la definición no citada de Jon Kabat-Zinn, conocido autor y fundador de la Clínica de Reducción del Estrés de la Universidad de Massachusetts (que tiene cuidado de añadir que es una definición operativa y que deja fuera algunos aspectos de la atención plena).

Una definición similar proviene del psicólogo Scott Bishop, que describe la atención plena como una «conciencia no colaborativa, sin juicios, centrada en el presente, en la que cada pensamiento, sentimiento y sensación que surge… se reconoce y se acepta tal como es».

Muchos de nosotros pasamos gran parte de nuestras vidas en piloto automático, sin ser conscientes de lo que estamos experimentando, perdiéndonos todas las vistas y sonidos y olores y conexiones y alegrías que podríamos apreciar.    Una parte de ese tiempo nuestra mente parece «desconectada», y otras veces atrapada en pensamientos del pasado (a menudo arrepentidos) o en planes para el futuro, muchos de los cuales son repetitivos.

La atención plena nos ayuda a estar presentes en nuestra vida y nos da cierto control sobre nuestras reacciones y patrones de pensamiento repetitivos.    Nos ayuda a hacer una pausa, a tener una visión más clara de la situación y a responder con más habilidad.

Acerca del autor

Josue Llorente

Soy Josue Llorente, tengo 25 años y soy licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid con experiencia en medios tradicionales y digitales. Me apasiona el periodismo en esta nueva era y su evolución en el medio digital.

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